Costa Rica destaca como líder de la región  en el rescate de manglares 

  • Costa Rica se convierte en el primer país de Centroamérica y el segundo de  Latinoamérica en restaurar ecosistemas de manglar mediante la rehabilitación, a  escala, de las condiciones hidrológicas del área. 

  • A noviembre de 2022, el proyecto a ha logrado construir alrededor de 20,000m de  canales dentro de las áreas abiertas y ha ampliado 1,300m de esteros. 

San José. Jueves 24 de noviembre 2022 | De la mano de Conservación Internacional,  Costa Rica se convierte en el primer país de Centroamérica y el segundo de Latinoamérica  y el mundo, en restaurar ecosistemas de manglar mediante la rehabilitación, a escala, de  las condiciones hidrológicas del área, para permitir que las especies vuelvan a repoblarla 

a un ritmo natural; creando nuevas oportunidades económicas para las comunidades  locales y sostenibilidad de recursos para el país. El proyecto, liderado por Conservación  Internacional, en conjunto con el Programa Nacional de Humedales del Sistema Nacional  de Áreas de Conservación (SINAC/MINAE), en colaboración con el Centro Agronómico  Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), y gracias al apoyo de la Fundación Tierra  Pura, desarrolla acciones para rehabilitar el ingreso adecuado de las mareas en sitios  dentro de los manglares del Humedal Estero Puntarenas y Refugio Nacional de Vida  Silvestre Cipancí, que fueron deteriorados o completamente transformados en cultivos.  

Con el ingreso de las mareas a través de los canales hechos, el suelo recobrará con el  tiempo, la humedad y la salinidad necesaria para que las plántulas de las diferentes  especies de manglar puedan asentarse y recuperar naturalmente estas áreas. 

“Los manglares son los héroes entre los árboles, proveen una cantidad de servicios  ecosistémicos vitales para la sociedad en general y más para las comunidades costeras 

aledañas, sin embargo estos bosques son muchas veces ignorados. Por ejemplo, son una  barrera de protección contra las marejadas y tormentas, filtran el agua que viene de la tierra  hacia el mar, y entre sus raices más del 80% de las especies de interés comercial se  protegen y alimentan en algún momento de su vida. Además, son ecosistemas de carbono  azul, los cuales por su naturaleza pueden almacenar hasta cinco veces más carbono que  los bosques tropicales maduros” destaca Ana Gloria Guzmán, directora de Conservación  Internacional Costa Rica. 

El proyecto es ambicioso, se basa y consolida en ciencia e investigación, combina  ingeniería, compromiso y trabajo con las comunidades y colaboración con instituciones y  gobierno. Se posiciona como un piloto para replicar a lo largo de las costas del país y el  mundo. Se inició con el análisis de fotografías aéreas históricas de los manglares  originales, con el objetivo de identificar el cauce original de los ríos, los cuales fueron  alterados para el crecimiento del cultivo de caña de azúcar, el establecimiento de  actividades productivas de sal y camarón, así como por causas naturales. Para la  rehabilitación también se desarrollaron estudios topográficos, de las condiciones químicas  del suelo y sobre la salud del ecosistema de manglar en la zona. 

A noviembre de 2022, se ha logrado construir alrededor de 20,000m de canales dentro de  las áreas abiertas y se limpiaron y ampliaron 1,300m de esteros, trabajo que incluyó la  limpieza de taludes, remoción de obstáculos en los cauces construidos, apertura de  nuevos canales, así como la limpieza de los canales existentes. El proyecto incorpora a las  comunidades cercanas de la zona como El Establo, Pitahaya, Níspero y San Buenaventura,  incluyendo su conocimiento sobre el área, sobre cómo solía ser este ecosistema antes de  ser modificado, y sobre las condiciones que pueden facilitar su recuperación. 

Tal como señala Danilo Torres Gómez, ingeniero forestal del CATIE, la restauración de  manglares corresponde a un proceso paulatino: “Primero se hace una línea base, un  estudio, para conocer las condiciones de un manglar de referencia cercano, para entender  el contexto histórico y hacer un muestreo de carbono; porque el proyecto se enfoca en  carbono. De forma paralela, se estudian las comunidades aledañas, en busca de entes  colaboradores con el trabajo diario (apertura, canales, limpieza de los sitios…) y quienes,  posiblemente a futuro ayudarán con el mantenimiento y monitoreo”. 

“Las comunidades cercanas a los bosques de manglar son quienes se benefician más  directamente de sus servicios, pero también las que sufren de forma inmediata las  consecuencias de la pérdida de estos ecosistemas. Es por eso que el proyecto busca  trabajar de la mano con las personas locales, para que se conviertan en los verdaderos  protectores de los bosques de manglar y puedan desarrollar actividades sostenibles  gracias a la conservación y recuperación de estos ecosistemas” amplía Guzmán. 

De acuerdo con la Política Nacional de Humedales y demás politicas vigentes, el país tiene  la responsabilidad de restaurar los ecosistemas de manglar. Según se ha definido  recientemente, el país tiene el potencial de restaurar 14,336 hectáreas de manglares a lo  largo de la costa pacífica del país, de las cuales 1,500 hectáreas están en el Golfo de  Nicoya. Este proyecto ha logrado rehabilitar más de 300 hectáreas en el Humedal Estero  Puntarenas y Refugio Nacional Cipancí, y representa una primera, pero clave, fase de  apoyo para que el país alcance sus metas nacionales.

Con el objetivo de continuar fortaleciendo los esfuerzos del país, Conservación  Internacional busca diseñar y apoyar la implementación de un Modelo de Desarrollo  Comunitario basado en Carbono Azul. Este modelo, como una variante del Programa de  Pago por Servicios Ambientales -iniciativa que en su momento fue pionera y ha generado  amplio reconocimiento internacional para Costa Rica- permitirá avanzar hacia el alcance  de las metas en Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs en inglés) asumidas  por el país como parte del Acuerdo de París. 

“Costa Rica ya monitorea manglares, tenemos una línea base ecológica y podemos  estimar el secuestro de carbono. Con ello podemos determinar prioridades de  restauración, algo fundamental para poder reportar nuestros aportes al Inventario Nacional  de Gases de Efecto Invernadero” resalta Jacklyn Rivera, Coordinadora del Programa  Nacional de Humedales del Sistema Nacional de Áreas de Conservación. 

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Contacto de prensa 

Juan Rojas Alpízar 

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